A mi pluma se le escaparon las palabras
y la hoja se duerme de desaliento en blanco
y no rescato de mis apremios la amada poesía,
me quedo sentado frente a una lámpara apática
y continuo escrutando mi sensibilidad escondida
para plasmarla caliente sobre la hoja fría
y no llega la musa que me transmita las inspiraciones
y alucino buscando dentro de mi algo que me devuelva a la vida,
pero todo es estéril de mi se evade la lírica
y se me silencian las letras y los léxicos permanecen
desérticos
quien pudo robarme la esencia de mis musas,
trato de escribir mas las frases que escribo son precarias
y así nadie se podrá inspirar con las palabras
que brotan del alma mía,
rasgo el papel y derramo la tinta sobre la mesa
y vuelve a mí su amado recuerdo y renacen las letras
y retorna feliz la más amada de todas la poesía
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