sábado, 21 de mayo de 2011

Cuatro poemas cortos



El olvido se olvido que existo

No hay luz,
la cama esta desarreglada,
las paredes  blancas
permanecen a oscuras,
la puerta cerrada
y sobre la cama
un hombre busca luz,
entre las sabanas vueltas un ovillo
caen lagrimas amargas
de olvido,
todo se perpetua en un recuerdo
y al olvido omitió que existo.

Flores a mis recuerdos
La brisa toca la puerta
y la soledad le atiende,
en una charla improvisada
la soledad se burla de mis deseos,
la brisa me entiende
porque con ella he paseado
por la copas de los arboles
esparciéndole flores a mis recuerdos.

Llueve
Llegaron las lluvias,
llueve sobre la montaña
y vuelve a saturarse sus colinas
de un verde esperanza,
los riachuelos llevan de nuevo agua
en sus cauces,
en mi casa jamás ha dejado de llover,
llueven recuerdos,
 la lluvia es seca,
y nada florece
todo permanece muerto.

Ausencia
Todo esta dispuesto
una cena para dos,
el mantel de encajes,
dos vasos de cristal,
los cubiertos de plata,
dos velas encendidas
un ramo de rosas rojas
en el centro de la mesa,
 su comida predilecta,
ya es la hora y en traje de gala
con un clavel blanco en mi solapa,
la espero en la puerta de la casa,
como siempre no llega,
 me siento a comer
en soledad,
con la misma tristeza de siempre.

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