sábado, 18 de junio de 2011

No hay despedida con los recuerdos

No consigo decirle adiós a las memorias
no soy un ave que  alza vuelo y deja atrás los acuerdos,
odio a esos imprudentes gusanitos negros
que se incrustan en los sentidos
y  se sientan sobre  la silla de los recuerdos
acechando la noche para traerme tormento,
perverso animal con apariencia de humanidad
que afila sus uñas durante el día
para al comparecer la noche desgarrarme la vida,
no puedo despedirme de mis recuerdos
tampoco matar  al insensato gusanito de la retentiva
que me mantiene prisionero en la penosa cárcel de la nostalgia,
las ojeras  me llegan al suelo
de noche viajo al mundo de mis tiempos junto a ella
y de día se desahoga mi alma componiéndole bellos poemas.

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